Llegamos a esos días donde pocos creen que pronto podrían pasear en un auto volador, pero creen firmemente en que el equipo telefónico sensible al tacto es su amigo, o que las palabras pueden llegar en cuestión de segundos gracias a eso llamado “Internet”. En ese orden de idea encontramos que esa simbólica imagen plantada en Terminator donde Skynet dominaba el mundo no es tan alocada como los más escépticos pensaban.
La única diferencia es que el monstruo todavía no tiene nombre, aunque la disputa está entre Google y Microsoft, dos compañías que se han hecho prácticamente con todo aquello que se mueve y respira en la red de redes.
En esta oportunidad, el rumor se decanta por la compra de Yahoo!, uno de los grandes iconos de la vieja escuela de Internet junto a Myspace, Netscape y cuanto sitio haga que le salgan arrugas a quien lo recuerde con exactitud.
De acuerdo al diario Wall Street Journal, tras las bajas cifras que ha presentado últimamente el sitio en la Web, la sombra de su adquisición por Microsoft regresaría tal como lo hiciera hace par de años por 47 mil 500 millones de dólares, esta vez bajo un tercero y con un precio que podría ser más bajo, dado que ha hecho otras inversiones (como la compra de Skype, por ejemplo).
La compañía famosa por Windows (y dada al olvido con Zune) ya trabaja con Yahoo! con varios servicios conjuntos como la incorporación de Bing en su sitio.
Google por su parte, de analizar la compra, se estaría metiendo en un terreno fangoso donde se incluye el arbitraje por parte del gobierno estadounidense y de la Unión Europea, que la afectaría por aquello del monopolio y la compra de un servicio similar al que ya presta.
Quizás la estrategia mejor considerada sería aquel escenario ficticio de 2008 donde Apple compraba Yahoo! (¡vaya si dio para hablar ese tema!) pero dadas las circunstancias donde iOS es la estrella y el iPhone 4S el principal atractivo, es poco probable que se vea un resurgir del tema.
Por lo pronto, Yahoo aseguró que su último recurso sería la venta, por lo que antes se verían varias acciones de beneficios tanto a los accionistas como a los usuarios (que de no prosperar, seguro redundaría en unas cifras listas para la adquisición). Habrá que darle el tiempo a la compañía a ver si logra dar la talla o simplemente se convierte en parte del Skynet que tanto tememos en nuestro futuro.