Actualmente, la fidelización del cliente se hace del todo indispensable para la buena marcha de la empresa. Pero ante la gran cantidad de competencias y de mercados algo saturados, ¿cómo retener al cliente?
En primer lugar, deberemos estudiar sus necesidades. Nuestros clientes son únicos, son nuestro principal valor y eso hace que deban ser el punto de mira de nuestros objetivos. Anotaremos sus deseos, sus quejas, sus opiniones y necesidades con el fin de adaptarnos siempre a ellos.
Ante la competencia, intentaremos dar algo diferente. Sí, resulta fácil decirlo, pero complicado aplicarlo. Estudiaremos la competencia de cerca, seguro que le falta algo que nosotros podemos ofrecer y retener al cliente para que no se marche con otros.
Aunque las ofertas son un recurso demasiado explotado, deberemos también mantenerlas para nuestros clientes. Antes de lanzar un nuevo producto o servicio, les informaremos de ello y se las proporcionaremos con un interesantes descuento, un mes de prueba gratis o con regalos interesantes por su compra.
El cliente debe sentirse acompañado. Nos debe tener presentes para que no se deje tentar por la competencia. Para ello personalizaremos mensajes y ofertas dirigidas a ellos. También les enviaremos correos electrónicos recordatorios, mensajes en su móvil, en las redes sociales… pero sin pasarnos con el fin de no hacernos pesados y provocar el efecto contrario.
En la personalización están los mensajes dirigidos a los clientes en el sentido más íntimo. Ello incluye felicitaciones en su cumpleaños, regalos en fechas señaladas, asistencias gratis a eventos, concursos solo para clientes, entrevistas y reuniones con nuestro personal para informarles de las últimas novedades en la empresa…
Las redes sociales nos sirven para interaccionar con ellos. Los cuidaremos y lanzaremos propuestas que les hagan participar en estos medios, que son actualmente una poderosa arma de comunicación. Cuidar y mimar al cliente es la base para mantenerlos y que la empresa siga adelante.