La mayor parte de las acciones que realizamos a diario son inconscientes, es decir, no las pensamos ni tampoco evaluamos sus resultados. Esto, lejos de ser un problema, es un mecanismo por el que el cerebro garantiza nuestra supervivencia por varias razones: 1. Si nuestra atención fuera consciente en cada momento de nuestras vidas, estaríamos sobre-estimulados por nuestro entorno, cosa que nos conduciría en poco tiempo a algún tipo de neurosis severa; 2. La consciencia requiere de mucha más energía cerebral que la inconsciencia, por lo que tendríamos que alimentar más a nuestro organismo y nuestras vidas se reducirían a eso: comer y ser conscientes en cada momento para no tardar en llegar a algún tipo de colapso mental… Curioso, ¿verdad? Ahora, si alguien te llama inconsciente le puedes decir “mira, no soy un inconsciente, ¿vale? Es que me preocupo por mi salud mental.”
Pero tal “inconsciencia del ser cotidiano”, por decirlo de algún modo, cobra especial importancia en algo tan habitual como la acción de la compra. Por regla general, el consumidor no sabe por qué compra lo que compra, sino que se mueve por motivos relacionados con fenómenos que quedan por debajo de su consciencia y ligados a sus instintos. Por ello, desde el Neuromarketing se generan mensajes de alta estimulación dirigidos a despertar zonas profundas del cerebro, para activar el sistema de recompensa de los consumidores potenciales y ayudarles a tomar una decisión en la compra, motivándoles a que paguen por el producto/servicio anunciado.
Además, a través de la Neuroimagen se ha demostrado que las personas llegan a elegir determinados productos por asociarlos a recuerdos positivos o a esperanzas futuras, activándose en ellos la región cerebral vinculada a la identidad personal (lóbulo frontal); por lo que llegan a identificar el producto como parte de sí mismos. Es decir, el consumidor ya no quiere comprar sólo objetos, sino maneras de ser, estilos de vida y una comunidad en la que integrarse.
En pocas palabras, en todos estos procesos de tomas de decisión, el Neuromarketing pueden ser un instrumento útil que ayude a los consumidores a tomar una decisión y a las empresas a afianzar su vinculación con ellos a través de sus marcas.