Fidelizando, que es gerundio

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Muchas veces, las empresas están tan preocupadas por conseguir y atraer a nuevos clientes que descuidan a los que ya tienen. Es por ello que la fidelización se convierte en absolutamente necesaria para mantener a los clientes que alguna vez han confiado en nosotros.

Actualmente, gracias a la era Internet, lo tenemos más fácil que antes para personalizar ofertas destacadas y hechas a medida de ellos. A nuestros clientes, hemos de mimarlos y cuidarlos desde el primer día.

A través de las nuevas tecnologías nuestros usuarios sabrán mucho más sobre nosotros. Pero, para que se sientan diferentes y especiales, diseñaremos propuestas siempre adaptadas a sus necesidades.

Un correo electrónico cada cierto tiempo preguntándoles sobre nuestros servicios, un mensaje de móvil felicitándole el día de su cumpleaños… detalles que invitan a estar, de vez en cuando, en sus pensamientos y que se acuerden de la empresa para ir a buscar servicios y productos.

Ya hemos visto en otros artículos las claras ventajas del marketing móvil que se está desarrollando y que todavía tiene mucho por ofrecer. La fidelización y el móvil van de la mano y, actualmente, están surgiendo nuevas formas, como por ejemplo, puntos de fidelización gestionados desde el móvil.

Se basa en acumular puntos como los de las tarjetas de los supermercados o grandes cadenas de moda, pero de una forma novedosa y totalmente fácil y cómoda. El cliente debe leer un código QR que se genera junto con el ticket de pago y establece los puntos que llevan acumulados cada uno de nuestros clientes.

Para saberlo, podemos proporcionar este servicio y su aplicación móvil al cliente que la descarga en un momento y él mismo puede gestionar los puntos que lleva acumulados con toda la información precisa en un instante. La empresa, a la vez, puede crear alarmas y correos espontáneos al momento de llegar a una cantidad determinada de puntos que van a parar directamente al móvil del cliente.

Además, hoy en día se necesitan grandes dosis de creatividad e innovación a la hora de fidelizar porque un descuento u oferta ya no valen, y necesitamos ir más allá para captar la atención de nuestros clientes con el fin de que no se vayan a la competencia.

Pequeña guía para clientes y diseñadores (para entendernos mejor, vamos)

Hoy quiero escribir dirigiéndome a aquellos que soléis necesitar diseño y a aquellos diseñadores que están un poco perdidos.

Debemos dar importancia a todos aquellos aspectos que intervienen en la creación de un buen mensaje publicitario desde el punto de vista del diseño.

Hay que ser claros; lo mismo que no vale cualquier imagen para representar tu negocio (nunca pondrías un mono con platillos…¿o sí?) tampoco vale cualquier color o tipografía para expresar o transmitir los valores de tu empresa/negocio, ni tampoco sirve que por muy bonita que la imagen elegida sea, el diseñador la trabaje mal y quede mal impresa, ilegible… en definitiva, no vale una mala imagen.

Errores más comunes:

–     Guiarte por gustos personales: no te dejes llevar por lo que te gusta sino por lo que conviene en cada caso, utiliza y trata el color de forma profesional, porque todo significa.

¿Qué hacer? Tu empresa o negocio puede ser muy familiar pero no es tu perro ni tu hijo para vestirlo según la moda o gustos. Contacta con un diseñador y transmítele tu idea y, sobre todo, déjate aconsejar por el profesional.

–       No peques por exceso (o defecto): esto es de lo más usual, busca un par de conceptos que quieras expresar y céntrate en ellos. No intentes meter toda la información que te pase por la cabeza ya que el resultado será un festival del color al que nadie querrá ser invitado.

¿Qué hacer? Aprender a definir tu empresa en dos o tres palabras, esto te vendrá bien para tu branding como marca y para desarrollar todo el diseño y estrategias de marketing que se desarrollen.

–       Imitar: en muchas ocasiones existe una falsa creencia de que lo que hace nuestra competencia es lo que debemos hacer nosotros y, si no tenemos cierta actitud crítica, podemos caer en una espiral de imitación de algo que de base es incorrecto. Muchas veces la diferenciación es un punto a favor pero no hay que hacerlo sin control, las fórmulas mágicas no existen y lo que a alguien le funciona puede que a ti no.

¿Qué hacer? Situarte en relación a tu competencia y preguntarte ¿qué quiero ser? ¿cómo quiero que me vean o valoren?

–       No tener en cuenta el soporte final: El tratamiento del color y su uso no es el mismo si su destino es una publicación impresa o una página web. En el diseño para pantalla lo que ves es lo que hay, el color no va a variar una vez colgada la página en internet, no se va a ir apagando porque le dé el sol o porque toquemos mucho la pantalla. Pero esto cambia si hablamos de un formato impreso, ya que, en este caso, el diseñador deberá estar presente en la fase de producción para controlar que aquello que veía en su pantalla es lo mismo que se refleja en el papel.

¿Qué hacer? Contactar con un diseñador que controle las artes finales para evitar quebraderos de cabeza.

En definitiva, el diseño no es cosa de musas e inspiraciones, es el trabajo resultante de un buen análisis y una buena ejecución. Si eres diseñador sabrás de lo que hablo y, si no, seguirás pensando en ello como si de puro arte se tratara. Si eres un cliente sabrás reflexionar y darle a cada profesional la parcela que merece. He dicho.

La fidelización del cliente, ese preciado objeto de deseo

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Actualmente, la fidelización del cliente se hace del todo indispensable para la buena marcha de la empresa. Pero ante la gran cantidad de competencias y de mercados algo saturados, ¿cómo retener al cliente?

En primer lugar, deberemos estudiar sus necesidades. Nuestros clientes son únicos, son nuestro principal valor y eso hace que deban ser el punto de mira de nuestros objetivos. Anotaremos sus deseos, sus quejas, sus opiniones y necesidades con el fin de adaptarnos siempre a ellos.

Ante la competencia, intentaremos dar algo diferente. Sí, resulta fácil decirlo, pero complicado aplicarlo. Estudiaremos la competencia de cerca, seguro que le falta algo que nosotros podemos ofrecer y retener al cliente para que no se marche con otros.

Aunque las ofertas son un recurso demasiado explotado, deberemos también mantenerlas para nuestros clientes. Antes de lanzar un nuevo producto o servicio, les informaremos de ello y se las proporcionaremos con un interesantes descuento, un mes de prueba gratis o con regalos interesantes por su compra.

El cliente debe sentirse acompañado. Nos debe tener presentes para que no se deje tentar por la competencia. Para ello personalizaremos mensajes y ofertas dirigidas a ellos. También les enviaremos correos electrónicos recordatorios, mensajes en su móvil, en las redes sociales… pero sin pasarnos con el fin de no hacernos pesados y provocar el efecto contrario.

En la personalización están los mensajes dirigidos a los clientes en el sentido más íntimo. Ello incluye felicitaciones en su cumpleaños, regalos en fechas señaladas, asistencias gratis a eventos, concursos solo para clientes, entrevistas y reuniones con nuestro personal para informarles de las últimas novedades en la empresa…

Las redes sociales nos sirven para interaccionar con ellos. Los cuidaremos y lanzaremos propuestas que les hagan participar en estos medios, que son actualmente una poderosa arma de comunicación. Cuidar y mimar al cliente es la base para mantenerlos y que la empresa siga adelante.