Cuando pensamos en una discoteca, lo que normalmente se nos vendrá a la cabeza es “música” y “alcohol”. Sin duda, estos espacios actúan como auténticos símbolos de la fiesta, el baile y la posibilidad de pasarlo en grande, sobre todo si uno es de los que les gusta los ambientes apretados, con mucha gente y muy festivos.
Sin embargo, desde el punto de vista social y del marketing, podemos ver las discotecas como otra cosa. Como espacios perfectos para hacer experimentos sociales. Por ejemplo, se dice que la temperatura de un local de este tipo suele ser alta para provocar la sed en los usuarios y que éstos acaben adquiriendo consumiciones. Salvo que haga demasiada calor, es extraño poner el aire acondicionado a toda potencia para refrescar las almas de la fiesta que circulan por el local. Otra estrategia utilizada es la del aroma. El marketing olfativo es utilizado en este tipo de empresas, llegándose a crear olores específicos que imitan, por ejemplo, la bebida del mojito, para inducir al deseo y que ello conlleve a la compra de la propia bebida.
Estas estrategias de las que hablamos están muy relacionadas con el campo del neuromarketing, que consiste en la aplicación de una serie de técnicas procedentes de la neurociencia al ámbito del marketing. Digamos que se realizan estudios donde el cerebro humano es el protagonista. En el caso de las discotecas, hablamos de acciones en el punto de venta que pretenden estimular los sentidos y el cerebro del consumidor para que este ejerza la compra de un producto o servicio.
Teniendo en cuenta estos datos tan interesantes, Heineken decidió hacer un experimento. Con el fin de conocer cómo la relevancia o calidad de la música de un DJ puede afectar a los hábitos de consumo de las personas de una discoteca decidió realizar la siguiente acción: en dos noches diferentes, con la misma cantidad de personas en el lugar, Heineken invitó a un local a que estuviera presente un DJ no tan relevante, mientras que el segundo día invitó a un destacado DJ: Armin van Buuren.
Sólo cambiando la variable del DJ, se contabilizaron cuantas bebidas alcohólicas se consumían en la misma franja horaria. Los resultados fueron de lo más curiosos y confirmaban las sospechas de la marca. El día que Van Buuren tocó, se vendió un 41% menos de bebidas alcohólicas, llegando a la conclusión de que un DJ renombrado puede hacer que el usuario baile más y beba menos.
Existen sospechas sobre la validez del estudio, ya que particularmente una servidora cree que no todas las variables se mantuvieron intactas. Posiblemente no fueran las mismas personas, o si fueran las mismas estarían algo cansadas del día anterior, por lo que preferían consumir menos, y un largo etcétera de posibles dudas que rondan por nuestras cabezas. Pero con lo que nos tenemos que quedar es con el mensaje del vídeo que muestra el experimento: Baila más y bebe con moderación. Un mensaje concienciador por parte de una marca de cerveza, donde se muestra la actitud de la empresa con respecto al entorno que la rodea.
Ahora bien, esperamos que las empresas “discotequeras” no se tomen a pecho este experimento, porque su conclusión será otra: prefiero contratar a un DJ menos renombrado y más barato…¡porque así la gente beberá más y podré sacar más dinero por la noche! 😉
Y tú, ¿qué piensas de este tipo de acciones?