Se busca curso

sebuscacurso

 

Escribo este post para encontrar respuestas. Lo escribo porque me gusta formarme de manera contínua y porque es lo que me piden contántemente: que me recicle.

Soy autónoma, a nadie se le escapa lo que significa eso: horarios muy sujetos- extensos y la inexistencia de un jefe que te dé la tarde libre para irte a un cursillo. Suelo buscar cursos cerca de por donde yo vivo (normalmente suele ser en Bilbao) para poder acudir sin problema… pero casi siempre me topo con el mismo problema: los días en que se imparten y los horarios.

Y claro, comienzo a preguntarme… ¿para qué y para quién se hacen realmente esos cursos? Estamos en un momento donde más se habla de empatizar con el otro… que si procomún… que si co-laboración… la tan nombrada “conciliación”… y a la hora de la verdad todos esos maravillosos conceptos se ven traducidos en ” voy a proponer un curso en horas de trabajo, claro que sí” (ya veis que el precio ni lo nombro… eso es otro tema…)

Y seguramente, alguno estará pensando: ” pues porque no puedas ir tú tampoco es un drama, si trabajases por cuenta ajena no tendrías problemas para acudir”, ¡pues otra mentira oye! He trabajado en agencia y tampoco podía dejar mi puesto de trabajo durante 2 tardes, 3 tardes o las que sea entre semana para irme a un cursillo a las 4 de la tarde… por lo que de nuevo me acabo preguntando ¿para qué y para quién se hacen realmente estos cursos?

Las 3 principales ventajas de proponer cursos en horarios fuera de la jornada laboral son :

– Puede ir todo el mundo: Pueden acudir profesionales de todo tipo tanto por cuenta ajena como por cuenta propia y parados.

– Mayor interés: No se crea ese efecto de “me apunto al curso para librarme del curro durante 2 tardes” no nos engañemos, eso pasa. (cuidado , no estoy generalizando)

– Mayor implicación: La concentración que se pone en el curso será mayor al estar liberado de la tensión propia de haber “dejado” tu puesto de trabajo.

Por supuesto, se suele tratar de cursos que tienen una duración de 1 mes a 3 meses (por lo general, recalco) por lo que lo de “me fastidia el fin de semana” es algo que solo puede estar ligado a la nula intención de hacer un esfuerzo temporal.

¿Qué me decís?

La creatividad, esa desconocida

 

matar_creatividadEl 15 de abril es el día Mundial de la Creatividad y es por eso que me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre este concepto tan manido y a la vez, tan poco usado.

Desde siempre se asocia la creatividad a las profesiones que, por así decirlo, la aplican directamente, ya sabeís: artistas, diseñadores, dibujantes, arquitectos, publicistas… y demás fauna entre la cual me incluyo. Cansada un poco de escuchar lo innato del concepto en las mentes de los que desarrollan estas profesiones escribo con la intención de proponer un cambio de chip. Dejemos de dar por sentado que la creatividad sólo es aplicable con un pincel o un ratón porque ese es el verdadero error.
Si aplicásemos la creatividad en nuestra vida cotidiana las cosas nos irían mucho mejor… y cuando digo creatividad digo INTENCIÓN DE DESTACAR, DE SALIRSE DE LA NORMA.

Hace relativamente poco una chica, socióloga concrétamente, que estaba en paro contactó conmigo para pedirme que diseñara su Currículum Vitae, es la primera y única vez que alguien me ha pedido algo así. Cristina, que así se llama esta chica, sabía que no es la única socióloga de el país, sabía que la competencia era dura y sabía que tendría que buscar la forma de hacerse ver entre la marabunta de currículums que tendrían sus potenciales clientes en su bandeja de entrada. Esta es una manera de enfocar la creatividad hacia la búsqueda de empleo y la verdad es que me hizo tantísima ilusión ver que una persona se preocupaba de su imagen de cara a una entrevista de trabajo que hoy por hoy seguimos en contacto :).

Este es un pequeño (aunque importante) ejemplo de los beneficios de aplicar la creatividad en tu día a día. Desde mi punto de vista se trata de no ser conformista y de tener ese grado de ambición que hace que las cosas se muevan de una forma distinta y al fín y al cabo, mejor.

Como vereis, no he descubierto Roma pero sí creo conveniente recordar que eso que llamamos creatividad lejos de ser algo innato es algo que hay que trabajar contínuamente y que en realidad, lo que se esconde detrás es el interés que pones en las cosas. Y punto.

P.D.: por cierto, Cristina, la socióloga, me escribió poco después para decirme que estaba muy cerca de conseguir su primer cliente.

Si quieres vivir del diseño, párate y piensa

Un intento de reflexión desde la propia profesión,
un ejercicio de cr
ítica y autocrítica.

Hoy me dirijo a ti, diseñador o futuro diseñador. Tengo 31 años por lo que no soy ningún dinosaurio ni gurú de la profesión, soy una trabajadora del sector de la comunicación, diseñadora gráfica concretamente, autónoma y que también he trabajado por cuenta ajena. Estudié Bellas Artes y Artes gráficas y día a día me esfuerzo por dar lo mejor en cada proyecto. Tanto dato y descripción es justificado, porque quiero que sepas que quien te habla es una chica normal y corriente, que ha estudiado y que ha tenido sus épocas buenas y malas. Simplemente me he formado/esforzado para trabajar en lo que me gusta y con ello poder vivir, porque entonces no sería un trabajo sino un hobby.

No voy a desgranar la historia del crowdsourcing, hay mucho para leer sobre los orígenes del termino y uso, yo no soy una teórica de ello, ni quiero. Lo que quiero es avisarte de que eso a lo que no estás dando ninguna importancia o que ni siquiera te has planteado a ti también te toca.

Supongo que todos los diseñadores o estudiantes de diseño conocéis este tipo de plataformas de crowdsourcing de diseño y si no, deberíais hacerlo. Pero no para participar en ellas, que por supuesto sois muy libres de hacerlo, sino para tratar de hacer el esfuerzo, EL GRAN ESFUERZO, de pensar en vuestro futuro y no en lo más inmediato. Y ahora, explicaré por qué.

Si te registras en cualquiera de estas webs y decides presentarte a algún proyecto es bastante probable que lo primero que veas es que el precio del servicio se ha devaluado enormemente, es decir, si el cliente ofrecía un trabajo por 500€ probablemente se lo lleve por menos de 300€. De repente ves que este tipo de sitios son como zocos en los que se regatea en el precio… pero lo llamativo del asunto es que esta devaluación proviene del propio diseñador que se ofrece, es el currela delante de su ordenador que, suponiendo que es profesional de ello, baja las ganancias que va a recibir, ese mismo obrero de la comunicación que decide devaluar su propio trabajo pensando que de alguna manera será rentable… Y sí, lo será, ganarás un dinerillo extra pero tendrás humo en tus manos, ese premio que ha sido llevarte el trabajo de 300€ te dará una sensación gratificante al principio pero no lo olvides, al fin y al cabo has ganado un concurso ¿cuanta gente conoces que haya ganado muchos concursos?… créeme, le estarás haciendo un flaco favor a tu carrera profesional.

Imagina que, un día, decides ofrecerte como freelance y buscas clientes por tu cuenta. Consigues uno y llega el momento de presupuestar, el cliente lo ve y entonces… regatea y te dice que en las plataformas de crowdsourcing le sale mucho más barato y además le envían más de 20 propuestas por la mitad de tu precio… De repente tu idea de trabajar en lo que te has formado durante años, de conseguir una cartera de clientes que te permitan pagar las facturas, comer, vestir… Vivir al fin y al cabo se esfuma, porque no nos engañemos, si estás solo, como autónomo, es muy complicado que tu facturación sea estable, buscar clientes, mantenerlos requiere una dedicación que parece que cada vez menos gente está dispuesta a hacer… Ahora piensa que tienes clientes y que observas que cada vez están dispuestos a pagar menos y a exigir bastante más. Tendrías que embarcarte en muchísimos más proyectos para llegar a fin de mes pero con las mismas dos manos. Es simplemente imposible.

Creo que hay muchas maneras de aprovechar este tipo de plataformas, como medio para encontrar necesidades de clientes que igual tú no conocías y así mejorar tus servicios, conocer como redactan los briefs las personas que en algún momento podrían requerir de tus diseños y así no llevarte un susto, puede ser una manera de obligarte a diseñar y así, si no tienes otra opción, ir engrosando tu portafolio… Pero lo que no deberías aprender de este tipo de sitios es a aceptar que tu trabajo, del que tú quieres vivir y con el que pretendes ser feliz, sea puesto a subasta como si no valiese nada o lo pudiese hacer cualquiera.

Si tú también te estás esforzando en salir adelante día a día como diseñador gráfico, si te levantas a las 7 de la mañana y te quedas pegado al ordenador hasta las 10 de la noche, si trabajas tu reputación como diseñador de forma profesional, tratas cada día de aprender algo nuevo o de lograr algo, lo que sea que te hayas propuesto, si te gusta sentir que estás construyendo tu propio proyecto sin depender de si ganarás o no un concurso… Entenderás por qué he escrito esto.

Pequeña guía para clientes y diseñadores (para entendernos mejor, vamos)

Hoy quiero escribir dirigiéndome a aquellos que soléis necesitar diseño y a aquellos diseñadores que están un poco perdidos.

Debemos dar importancia a todos aquellos aspectos que intervienen en la creación de un buen mensaje publicitario desde el punto de vista del diseño.

Hay que ser claros; lo mismo que no vale cualquier imagen para representar tu negocio (nunca pondrías un mono con platillos…¿o sí?) tampoco vale cualquier color o tipografía para expresar o transmitir los valores de tu empresa/negocio, ni tampoco sirve que por muy bonita que la imagen elegida sea, el diseñador la trabaje mal y quede mal impresa, ilegible… en definitiva, no vale una mala imagen.

Errores más comunes:

–     Guiarte por gustos personales: no te dejes llevar por lo que te gusta sino por lo que conviene en cada caso, utiliza y trata el color de forma profesional, porque todo significa.

¿Qué hacer? Tu empresa o negocio puede ser muy familiar pero no es tu perro ni tu hijo para vestirlo según la moda o gustos. Contacta con un diseñador y transmítele tu idea y, sobre todo, déjate aconsejar por el profesional.

–       No peques por exceso (o defecto): esto es de lo más usual, busca un par de conceptos que quieras expresar y céntrate en ellos. No intentes meter toda la información que te pase por la cabeza ya que el resultado será un festival del color al que nadie querrá ser invitado.

¿Qué hacer? Aprender a definir tu empresa en dos o tres palabras, esto te vendrá bien para tu branding como marca y para desarrollar todo el diseño y estrategias de marketing que se desarrollen.

–       Imitar: en muchas ocasiones existe una falsa creencia de que lo que hace nuestra competencia es lo que debemos hacer nosotros y, si no tenemos cierta actitud crítica, podemos caer en una espiral de imitación de algo que de base es incorrecto. Muchas veces la diferenciación es un punto a favor pero no hay que hacerlo sin control, las fórmulas mágicas no existen y lo que a alguien le funciona puede que a ti no.

¿Qué hacer? Situarte en relación a tu competencia y preguntarte ¿qué quiero ser? ¿cómo quiero que me vean o valoren?

–       No tener en cuenta el soporte final: El tratamiento del color y su uso no es el mismo si su destino es una publicación impresa o una página web. En el diseño para pantalla lo que ves es lo que hay, el color no va a variar una vez colgada la página en internet, no se va a ir apagando porque le dé el sol o porque toquemos mucho la pantalla. Pero esto cambia si hablamos de un formato impreso, ya que, en este caso, el diseñador deberá estar presente en la fase de producción para controlar que aquello que veía en su pantalla es lo mismo que se refleja en el papel.

¿Qué hacer? Contactar con un diseñador que controle las artes finales para evitar quebraderos de cabeza.

En definitiva, el diseño no es cosa de musas e inspiraciones, es el trabajo resultante de un buen análisis y una buena ejecución. Si eres diseñador sabrás de lo que hablo y, si no, seguirás pensando en ello como si de puro arte se tratara. Si eres un cliente sabrás reflexionar y darle a cada profesional la parcela que merece. He dicho.

La importancia del (buen) diseño

No hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión“.

Seguramente habréis oído esta frase en más de una ocasión y puede que no os vaya a contar nada nuevo, pues a nadie se le escapa que estamos muy supeditados a las apariencias, y eso también se debe aplicar al marketing y al uso de las redes de forma profesional.

Independientemente del tamaño o actividad de una empresa, la imagen que de esta recibamos no solamente se transmite a través del contenido sino de la forma en que envolvamos nuestro producto o servicio. Pero, para que esto tome la relevancia que se merece, necesitamos tener cierta cultura visual y saber discernir entre lo que es adecuado y lo que no.

Un buen diseño puede hacer que el potencial cliente se fije en ti, y no sólo debemos abarcar la Identidad Corporativa de una empresa… Cambiemos la palabra “cliente”  por , por ejemplo, “entrevistador”: buscar trabajo significa dejar ver tus capacidades y preocuparte por tu imagen tanto en tu forma de vestir como en el aspecto visual de tu CV. Pero, ¿y qué pasa si señalizamos algo de manera errónea? Podemos llegar crear un verdadero caos y llevar a la gente incluso hacia un precipicio.

Todo esto, ¿por qué os lo digo? Porque soy de las que se dedica a hacer que las cosas signifiquen lo que tiene que significar,  que transmitan correctamente lo que deben transmitir… y esto en Marketing y Social Media es vital. No nos engañemos, a todos nos gusta bailar con la más guapa.

A través de una estrategia de diseño, publicidad y contenido se crean mensajes que se difunden y conectan con aquellos a los que nos dirigimos y, si ese target es un cliente, una buena combinación de todo esto aumentará su lealtad y mejorará sin ninguna duda la percepción que de tu negocio o idea tenga.